México, FCE, 1983, 240 pp. En la edición de 1950, Juan José Arreola realizó la siguiente dedicatoria para Durand:
“A Ocaso de sirenas / (Elogio y vejamen) / En materia de mujeres / y de pescados farsantes / muchos hoy y muchos antes / han sido los pareceres. / Durand, el sabio que tú eres / nos lo demuestras aquí… / … pero una tarde te vi / siguiendo sobre la arena / el rastro de una sirena / que se volvió manatí.”
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