Thursday, February 21, 2008

La graciosidad de la Testosterona


Si el humor está relacionado con la testosterona, entonces tiene lógica decir que los hombres sean más cómicos o chistosos que las mujeres. Esta hormona es la causante de que los varones tengan lo que comúnmente se le denomina mas chispa que las mujeres, pero sus bromas tienden a ser más agresivas, según detalló la BBC News. Según estos nuevos estudios científicos, el humor está en esta hormona masculina. No cabe duda que los hombres con buen sentido del humor suelen agradar al sexo opuesto y por ende atraer su atención, pero ¿Esto tiene algo que ver con el género?

El Dr. Sam Shuster, del Hospital Universitario de Norfolk y Norwich, en Inglaterra, realizó un estudio con una logística interesante, para demostrar su teoría, se desplazó en un monociclo para observar la reacción de 400 personas de ambos sexos. La reacción de los hombres fue de burlar al Profesor que paseaba por las calles de Newcastle, en Inglaterra, sobre todo, los más agresivos resultaron ser los de mayor edad, mientras que las mujeres tendieron a manifestar halagos.
La revista British Medical Journal, que publico el estudio, menciona que los comediantes de sexo masculino superan en número a las comediantes. Investigaciones sugieren que los hombres tienden a utilizar el humor agresivamente, al hacer de otros el blanco de las bromas, pues la agresión generalmente es considerado un rasgo masculino. El Dr. Shuster cree que el humor se desarrolla de un comportamiento agresivo provocado por la testosterona. Según los autores de este estudio, un intento inicial de tipo agresivo parece canalizarse y convertirse en un chiste más sutil y sofisticado, de forma tal que la agresión es escondida por el ingenio.

Por otra parte, el sicólogo Nick Neave, de la Universidad de Northumbria en Inglaterra, quien estudia los efectos físicos, conductuales y sicológicos de la testosterona indicó que los hombres podrían responder de manera agresiva debido a que consideran a otros hombres en monociclo como una amenaza, distrayendo la atención femenina de ellos mismos. El efecto de la testosterona y agresividad ha sido comprobado antes, ya en 1985 el Dr N. E. Van De Poll del Instituto Holandés de Investigaciones del Cerebro en Amsterdam, demostró que inyectando hormonas masculinas a ratas femeninas incrementaba la agresividad hacia otros animales, en tanto que las ratas que no habían sido inyectadas no presentaban cambios a pesar de las diferentes condiciones que fueron expuestas.